Los resultados de encuestas realizadas en Bolivia, Cuba, Colombia, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y República Dominicana demuestran la persistencia de la violencia machista en el día a día de las y los jóvenes de América Latina.
Oxfam ha revelado en un informe publicado hoy que la violencia machista está muy presente en la vida de las y los jóvenes latinoamericanos, quienes aún la consideran “normal”.
El informe Rompiendo Moldes: Transformar imaginarios y normas sociales para eliminar la violencia contra las mujeres, analiza los comportamientos y creencias que tienen jóvenes de 15 a 25 años de ocho países de América Latina y el Caribe, en torno a la violencia y las relaciones de pareja. Basadas en una idea distorsionada del amor romántico (de control, y no de compañerismo amoroso), estas creencias llevan a los jóvenes a reproducir desigualdades y normalizar situaciones de violencia machista, como controlar la forma de vestir de la pareja, sus amistades y mensajes en el teléfono celular, censurar sus fotos en las redes sociales, o exigir su ubicación y contraseñas personales.
En Bolivia, Colombia, Cuba, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y República Dominicana, 6 de cada 10 hombres de 15 a 19 años encuestados por Oxfam creen que celar es una demostración de amor y un 65% de ellos piensa que cuando una mujer dice “no” a una relación sexual, en realidad quiere decir “sí”. Igualmente, 7 de cada 10 consideran que la responsabilidad de ser manoseadas o acorraladas es de las mujeres por la ropa que usan y un 40% de ellos piensa que si una mujer ha consumido alcohol, se presta a que un hombre tenga relaciones sexuales con ella, aunque esté inconsciente.
Si bien no es común pensar que las mujeres jóvenes sufren violencia por parte de sus parejas, ya que se asocia o visibiliza más en relaciones de personas de mayor edad, de acuerdo al informe Rompiendo Moldes, el 56% de las mujeres y el 48% de los hombres de entre 20 y 25 años tienen alguna conocida de su círculo cercano que ha sufrido violencia física o sexual en el último año. Igualmente, 7 de cada 10 jóvenes consideran la violencia machista como un problema grave en su país.
En casi todos los países de América Latina y el Caribe, hubo avances legislativos contra la violencia y el feminicidio; pero no es suficiente. La impunidad se alimenta de la tendencia a considerar “normal” actos de violencia contra mujeres y niñas. La presencia del machismo en la música, literatura, películas, relaciones familiares, amistades y parejas, como algo que se tolera e, incluso, que muchas veces se celebra, tiene consecuencias concretas y graves: el 86% de mujeres y hombres de 20 a 25 años encuestados por Oxfam creen que sus amistades no intervendrían si un amigo le pegara a su novia. En Colombia, nueve de cada diez hombres y mujeres creen que sus amistades tampoco lo harían.
“Los datos de Rompiendo Moldes demuestran que el machismo es aceptado y tolerado por muchos jóvenes en la región. Este hecho, especialmente en América Latina y el Caribe –donde tenemos 14 de los 25 países del mundo con mayor número de feminicidios–, debe encender las alarmas para que actuemos de forma urgente. La normalización de este machismo “del día a día” muchas veces termina en las peores consecuencias. Prueba de ello son las 1,831 mujeres asesinadas en 2016 sin más motivo que su género, de acuerdo a cifras de CEPAL. Sabemos que esto puede y ya está cambiando, y debemos impulsar y apoyar a los jóvenes en esta transformación para que vivan libres de la violencia de género”, dijo Damaris Ruiz, coordinadora de Derechos de las Mujeres de Oxfam en América Latina y el Caribe.
Para Oxfam, la violencia machista no es un callejón sin salida y es posible acabarla. Ya es positivo que el 61% de jóvenes de 15 a 25 años rechaza la violencia que sucede en las calles y que el 90% reconoce muchas de sus expresiones. Y, aunque es una minoría, no es silenciosa: el 29% de jóvenes encuestados denunciaría una agresión hacia una mujer.
Además, son alentadoras y transformadoras las contribuciones desde las organizaciones feministas y los colectivos de jóvenes, el periodismo y el activismo digital para generar nuevas iniciativas, crear redes, incidir políticamente y abrir nuevos caminos hacia la igualdad de género y un mundo libre de violencia machista. A nivel de ciberactivismo, por ejemplo, el acoso sexual se ha visibilizado mediante los hashtags #YoTambién y #MiPrimerAcoso, con los que se animó a las mujeres a denunciar.
Notas para editores
El estudio contó con el apoyo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) para el levantamiento y procesamiento de la información y analizó los resultados de 4,731 encuestas, 47 grupos focales y 49 entrevistas en profundidad.
Rompiendo Moldes y el resumen ejecutivo, disponibles aquí para su descarga.
Información de contacto
Annie Thériault en Lima, Perú | annie.theriault@oxfam.org | + 51 936 307 990 | @annietheri
Para actualizaciones, por favor siga @oxfam_es.
El estudio contó con el apoyo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) para el levantamiento y procesamiento de la información y analizó los resultados de 4,731 encuestas, 47 grupos focales y 49 entrevistas en profundidad.
Rompiendo Moldes y el resumen ejecutivo, disponibles aquí para su descarga.
Annie Thériault en Lima, Perú | annie.theriault@oxfam.org | + 51 936 307 990 | @annietheri
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